La experiencia misma proporciona las siguientes ventajas
1. Es una oportunidad de a aprender a relacionarse con el sexo opuesto de forma afectiva.
2. Ayuda a aprender a conocerse recíprocamente en
cuanto a carácter, sentimientos, gustos, aficiones, ideales de vida,
religiosidad.
3. Favorece la formación de la voluntad, combate el
egoísmo, fomenta la generosidad, confianza, honestidad, el respeto;
estimula la reflexión y el sentido de responsabilidad.
4. Con el noviazgo se puede practicar la habilidad de resolver conflictos.
5. Es una oportunidad de comenzar a utilizar formas efectivas de comunicación y de aprender a ver las cosas de distintas maneras.
Con esto pudiera resolverse hasta cierto punto el dilema de los padres con respecto al permitir o prohibir este tipo de relaciones en sus hijos adolescentes.
La prohibición es una medida totalmente ineficaz y hasta
contraproducente en una etapa en la que los chicos se caracterizan por
ir en contra del orden establecido, especialmente el que instituyen los
padres.
Por otro lado la mejor forma
de prevención de situaciones de riesgo en el adolescente, son la
comunicación, guía, orientación y acompañamiento emocional, en esta
nueva experiencia de crecimiento de los hijos.
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